¿Sabías que dos sobrevivientes del Titanic están enterrados en el Cementerio de Colón en La Habana? 😲 Sí, ese mismo Titanic del que tanto hemos escuchado, con su lujo desbordante y su trágico final. Aquí te contamos una historia que mezcla drama, milagros y un toque bien cubano.
El Titanic y su inesperada conexión con La Habana
El naufragio del Titanic en 1912 dejó una marca imborrable en la historia, y entre los sobrevivientes que lograron escapar de las aguas heladas del Atlántico, cuatro españoles llegaron a Cuba poco después de la tragedia.
El periódico cubano La Discusión documentó la llegada, el 29 de abril de 1912, de Julián Padró, un chófer barcelonés de 26 años; Emilio Pallás, un panadero de 29; y las hermanas Florentina y Asunción Durán. Estos pasajeros fueron rescatados por el barco norteamericano Carpathia, que los llevó a Nueva York antes de continuar hacia Cuba en el mercante Monterrey.
Al llegar a La Habana, fueron alojados en el Hotel La Perla de Cuba. Allí intentaron reponerse de los horrores vividos, pero juraron que jamás volverían a abordar un barco. ¡Y al parecer lo cumplieron!
Julián Padró: De sobreviviente a empresario de éxito
Con el tiempo, Julián Padró no solo reconstruyó su vida, sino que se convirtió en un hombre poderoso en La Habana. Propietario de todo el transporte terrestre de la ciudad, Julián llegó a tener más de 500 empleados a su cargo. Además, amplió sus horizontes con negocios inmobiliarios y ocupó un importante cargo público. 🏢💼
Vivió junto a su esposa, Florentina Durán, en un impresionante palacete del Reparto Palatino. Su fortuna incluía tierras en Varadero y una vida llena de comodidades.

A pesar del éxito, nunca olvidaron aquella noche trágica. Julián recordaba cómo se salvó de milagro: mientras las hermanas Durán lograron abordar el bote 12, él tuvo que deslizarse por una soga para alcanzar una barca salvavidas.
La pareja nunca tuvo hijos, pero compartieron toda una vida juntos. Florentina falleció en 1959, y Julián la siguió en 1968. Ambos descansan en un hermoso mausoleo en el Cementerio de Colón, un lugar lleno de historia y misterio en el corazón de La Habana.
El “cubano” en el Titanic que no lo era tanto
Aunque no era cubano de nacimiento, Servando José Florentino Ovies y Rodríguez, un residente de La Habana, también abordó el Titanic. Este asturiano, que trabajaba en la industria textil en Cuba, regresaba de unas vacaciones en Francia.
Con boleto de primera clase y todo, Servando no pudo escapar del destino del Titanic. Su cuerpo fue recuperado por los socorristas y, tras ser enterrado inicialmente en Canadá, sus restos descansan en otro lugar fuera de Cuba.
Un legado imborrable en la Necrópolis de Colón
La tumba de Julián Padró y Florentina Durán en el Cementerio de Colón no solo es un recuerdo de la tragedia del Titanic, sino también un símbolo de resiliencia y triunfo. 🌟 Si visitas este emblemático lugar en La Habana, busca el cuartel S.O, cuadro 22, y encontrarás el mausoleo que resguarda sus historias.
