En el corazón de La Habana, más precisamente en Playa, existe un lugar que desafía las percepciones comunes sobre la realidad cubana. Se trata del Reparto Náutico, un barrio donde la opulencia y el lujo cuentan una historia muy diferente a la que viven la mayoría de los cubanos. Aquí, las calles están adornadas con mansiones que parecen sacadas de cuentos de hadas, y cada esquina es un testimonio de un estilo de vida que contrasta con la cotidianidad de muchos.
Este barrio, poco conocido incluso para los propios habaneros, es un verdadero escondite de millonarios. Un lugar que, aunque está en Cuba, parece pertenecer a otro mundo.
Un barrio con historia y exclusividad
El Reparto Náutico no es un barrio cualquiera. Fue diseñado para ser exclusivo, y eso se nota en cada detalle. Originalmente, este lugar estaba pensado para las élites adineradas de la época prerrevolucionaria. Con su club náutico, supermercado privado, parque de diversiones y hasta una gasolinera, el reparto tenía todo lo necesario para que sus residentes no tuvieran que salir de allí.
Hoy, aunque muchas cosas han cambiado, el aire de exclusividad sigue intacto. Las calles están flanqueadas por mansiones impresionantes, algunas bien conservadas, otras en estado de abandono, pero todas con una historia que contar. Como bien dice Diango, uno de los creadores del video que inspiró este artículo: “Aquí vivían los burgueses, los ricos, los que tenían todo al alcance de la mano”.
Dos realidades en un mismo lugar
Aunque el Reparto Náutico es sinónimo de lujo, también es un reflejo de las desigualdades que existen en Cuba. Mientras algunas mansiones están impecables, con jardines cuidados y carros modernos estacionados en sus garajes, otras se ven abandonadas o en ruinas. Esto se debe, en parte, a que muchas de estas propiedades fueron heredadas por personas que no tienen los recursos para mantenerlas.
“Te tropiezas con una mansión gigantesca, bien pintadita, y al lado una casa que se está cayendo a pedazos”, comenta Diango durante el recorrido. Esta mezcla de opulencia y decadencia es una muestra de cómo el tiempo y las circunstancias han dejado su huella en este barrio.
Un barrio que parece otro país
Caminar por el Reparto Náutico es como transportarse a otro país. Las calles están bien cuidadas, las casas tienen detalles arquitectónicos impresionantes, y los carros modernos que circulan por allí son un lujo que muy pocos cubanos pueden permitirse. “Parece que estás en Miami”, bromea Diango al ver un enorme muñeco de Navidad estilo miamense en una de las residencias.
Además, el barrio cuenta con tiendas exclusivas, como una de vinos y alimentos, algo poco común en otros lugares de Cuba. “El cubano de a pie no tiene cultura de vinos”, comenta Diango, destacando que este tipo de establecimientos está dirigido a un público con un poder adquisitivo elevado.
Un pasado glorioso y un futuro incierto
A pesar de su esplendor, el Reparto Náutico no escapa a los desafíos que enfrenta Cuba. Algunas áreas del barrio están descuidadas, con calles en mal estado y solares abandonados. Incluso el antiguo parque infantil, que en su momento fue un lugar de esparcimiento para los niños del barrio, hoy está en el olvido.
Sin embargo, el potencial de este lugar es innegable. Muchas de las propiedades, incluso aquellas en mal estado, tienen un valor incalculable debido a su ubicación privilegiada. “Un millonario podría comprar este terreno, tirar la casa y construir una mansión”, comenta Diango mientras señala una casa en ruinas.
Un lugar que invita a la reflexión
El Reparto Náutico es más que un barrio de millonarios; es un símbolo de las contradicciones que existen en Cuba. Un lugar donde conviven el lujo y la decadencia, el pasado y el presente, la exclusividad y la realidad de un país que lucha por salir adelante.
Recorrer sus calles es una experiencia que invita a reflexionar sobre las desigualdades sociales y cómo el tiempo ha transformado un lugar que alguna vez fue sinónimo de poder y riqueza. Como bien dice Diango al final del video: “Este barrio es una muestra de que, en Cuba, las cosas no siempre son lo que parecen”.
¿Qué futuro le espera al Reparto Náutico? Solo el tiempo lo dirá. Pero por ahora, sigue siendo un rincón escondido que guarda historias fascinantes y contrastes que no dejan indiferente a nadie.
¿Conocías este barrio? ¿Qué opinas de estas realidades tan diferentes en un mismo lugar? Déjanos tus comentarios y comparte tu perspectiva.