Vamos a hablar claro: si tú ves desde un avión una figura rara, en pleno campo cubano, con forma de estrella o de flor extraña, lo menos que piensas es que eso va a poner al planeta al borde del apocalipsis… ¡pero eso fue justo lo que pasó en 1962! 😱
Un avión espía gringo, de esos bien tecnológicos de la época (tipo “misión imposible”), andaba dando vueltas por el cielo cubano cuando, de pronto, captó algo que los dejó con los pelos de punta: una estructura hexagonal gigante, que no era ni círculo de cosecha, ni un altar pagano, ni nada por el estilo. Era algo mucho más caliente…
🚀 ¿Qué había en la famosa foto?
Resulta que la imagen mostraba una batería de misiles antiaéreos S-75, instaladitos bien cómodos en Trece de la Coloma, por allá por Pinar del Río, a unos 150 y pico de kilómetros de La Habana. Y sí, con eso empezó la Crisis de Octubre, ese momento tenso en que los gringos y los soviéticos estuvieron a punto de mandarse misiles nucleares como quien manda mensajes por WhatsApp.
🧨 El misil S-75: la bestia de dos etapas
¿Y qué cosa es un S-75? Pues mira, eso es un misil tierra-aire que en ese entonces era lo más letal que había. Un bicho de dos etapas: una con combustible sólido y la otra con combustible líquido (¡pura química caliente!). En 27 segundos se podía disparar a Mach 3, o sea, más de 3,600 kilómetros por hora. Una bala con alas. Podía cargar hasta 195 kilos de explosivo, y lo peor: podía llevar cabeza nuclear.
¡Imagínate tú! 😳

🌀 ¿Por qué tenía esa forma rara?
Aquí es donde se pone interesante. Las baterías de misiles se colocaban en forma de hexágono porque así podían lanzar varios misiles al mismo tiempo, ¡como si fuera una estrella de fuegos artificiales, pero del terror! En el centro, el radar; y alrededor, los lanzadores. Listos para tumbar lo que se acercara.
Por eso, cuando los yankis vieron la foto, no pensaron en arte moderno ni en cultos raros. Pensaron: “¡Aquí hay candela y de la buena!”

☢️ ¿Qué pasó después con esa famosa foto?
Después vinieron los vuelos de confirmación, y ¡bingo! Descubrieron que no solo eran misiles antiaéreos… ¡también estaban metiendo misiles balísticos con carga nuclear! Y ahí sí que se armó el corre-corre. Se complicó la cosa más que una cola de pollo congelado en la bodega.
Un avión U2 fue derribado, el mundo contuvo la respiración, y gracias al pulso diplomático entre Kennedy y Kruschev, no terminamos todos tostados como croquetas en una freidora.
😅 ¿Y en qué paró la cosa?
Por suerte, se llegó a un acuerdo: los rusos recogieron sus misiles, los gringos prometieron no invadir Cuba (aunque después ya sabemos cómo fue la cosa en otros temas), y el planeta respiró. Pero esa foto, con su forma misteriosa y peligrosa, quedó para la historia como la imagen que casi nos manda a todos al otro barrio.
¿Te imaginas que todo eso se haya cocinado allá en una zona de campo cubano, donde hoy quizás hay una vaquita pastando? Así de surrealista es nuestra historia. Porque si algo tenemos los cubanos, es que siempre estamos en el centro del meneo… ¡y con estilo!